Oiga, ¡qué estamos de oferta!
Ayer me
sorprendí por una noticia que leí que hablaba sobre que el gobierno se plateaba
la posibilidad de dar la nacionalidad española por la compra de un piso de más de
160.000€. La idea de "vender" la nacionalidad no es nueva
y muchos países lo han hecho de una forma u otra. Incluso hace unos meses leí
en un post muy interesante una propuesta que consistía en dar la nacionalidad española por comprar 500.000€ de deuda
española por tres años (de Martin Varsavsky) con la finalidad de
frenar el avance de la prima de riesgo.
Aparte de la similitud de ambas ideas, la segunda es mucho más versátil,
exigente y tiene más sentido. Otra muestra más del razonamiento de un político
contra el razonamiento de en emprendedor (el primero político, el segundo
emprendedor).
En España nos hemos acostumbrado a que el perfil de emigrante sea el de
personas de poca cualificación que vienen a realizar trabajos, que los
españoles desechamos (o desechábamos), a bajo coste. Sin embargo, parece lógico
que deberíamos estar interesados en traer personas con mayores cualificaciones
y que puedan proporcionar un valor añadido, al sitio al que vayan. De igual
manera parece lógico, que si una persona invierte una cantidad lo
suficientemente grande de dinero (si antes hablábamos de capital humano, ahora
de capital) en España debería tener derecho a la nacionalidad.
Ahora bien, porqué NO hacerlo en inversión en vivienda. Muy sencillo, el
ladrillo como lo entendíamos sencillamente no existe. Esta medida solo tiene
como finalidad la inversión en viviendas y cómo deberíamos haber aprendido, a
largo plazo construir y solamente construir no es sostenible. Las crisis tienen
una parte buena y es que liberan recursos de unos sectores a otros y nosotros
teníamos demasiados recursos puestos en el ladrillo. No repitamos la historia.
Dejemos de hacer parches, dejemos de dar ayudas públicas a un sector moribundo,
porque si ese sector esta como está es porque las leyes del mercado (y en este
caso también de la lógica) lo imponen. Los precios de las viviendas deberán
seguir bajando y bajando hasta su precio real.
Por otro lado no se entiende
como políticos neoliberales quieren imponer estas intervenciones públicas en el
mercado. Mi consejo es que si algún político quiere ayudar a que los precios de
viviendas suban, se gasten su dinero y solo el suyo y nos dejen a los
demás gastar nuestro dinero en lo que queramos (la democracia que nos da el
mercado, podemos elegir lo que compramos libremente). Además puede parecer que
este político puede tener intereses en el sector...
Para concluir, bienvenidos sean los
capitales e inversiones a España, pero no sé por qué hay que limitarlo.
Este anuncio efectivamente es inútil. Llevamos años dando pasos sin saber cual es el rumbo.
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