La educación: algo más que sumar y leer.
La educación debe ser comprendida en aspectos muchos más
amplios que probablemente lo son hoy en día. La educación, no solo son conocimientos sobre
cómo escribir, hacer números sino que incluye moral, ética, cómo cuidarse, cómo
comportarse socialmente. Además esta educación debe darse, o es más provechosa
cuando más temprano se imparte. Algunos ejemplos hechos de trabajos por el
nobel en Economía Heckman ver aquí o aquí. Por lo tanto no
solo debe ser dejada al ámbito institucional sino también al ámbito familiar,
sin embargo la educación de 0 a 3 años debería introducirse en España de manera
universal, y además hacerlo de manera bi/trilengua. Esta puede ser una inversión a largo plazo,
pero que probablemente será muy rentable, para vaciar nuestras cárceles, reducir
el número de gente que va a hospital, conseguir gente más productiva. Esto
evitaría nuestra idiosincrasia basada en la picaresca, ejemplificada en el Lazarillo de Tormes.
Una educación buena debe también estar orientada a la experimentación,
al fracaso, debe ser crítica y no estar cerrada a respuestas tipo a b o c. De
esta manera se fomentará el espíritu crítico y emprendedor de la sociedad
española, favoreciendo la productividad, competitividad y emprendimiento en el
futuro. Actualmente muchos quieres ser funcionarios y discípulos de Roca o Mario Conde, cambiando
estos estereotipos por gente cómo Ramón y Cajal o Amancio Ortega, es
posible que en el largo plazo tuviéramos más cómo ellos.
He mencionado antes la importancia de la educación temprana,
pero la universidad, debe ser la punta de la lanza y debe ser afilada para su
cometido. Seguramente debería fomentarse la competitividad en las distintas
universidades, invertir más en ellas para que los profesores puedan investigar
y reciclarse continuamente. Ella debe ser eje del cambio social y vanguardia
intelectual e innovativa, pero no lo es.
Es difícil encontrar viveros de empresas en ellas, sus cursos son
escogidos por profesores que viven en una realidad paralela o que simplemente
no quieren cambiar los temarios. Muchos piensan que lo importante no es lo bien
que se adapte la educación universitaria a la realidad económica y por lo tanto
crear universitarios capacitados para el mercado actual de trabajo, sino que haciéndole
la vida imposible a los estudiantes se acostumbran a pasarlo mal y a sobrevivir
en los peores situaciones.
Muchas veces se menosprecia la educación impartida en
módulos, sin embargo, esta está más vinculada a la realidad y a la empresa. Su
menor coste y mayor adecuación debería tenerse muy en cuenta para ponerla en
valor.
Por otro lado leo que se quiere poner a competir
a escuelas, y esto puede ser bueno y
malo. En principio se supone que debe haber igualdad de oportunidades y
especialmente me preocupan los niños que requieran más atención por distintas
razones (genéticas, ambientales, culturales, socio-económicas). En primer lugar
veo muy difícil ajustar los términos en los que competir, gente como el Nobel Milton Friedman ya
habló sobre el tema. A mí me preocupa que deje de ser útil o rentable atender a
los niños más problemáticos ya que estos pueden resultar lastres a la hora de
competir. Este tema es muy complicado y debe ser objeto de mucho estudio y
esfuerzo. Sin embargo, hay países a los que podríamos copiar, i.e. los nórdicos,
sin embargo el gasto en educación de estos países es muy superior al actual
nuestro, y los cambios en las leyes actuales seguramente vaya orientados a
reducir el coste.
Para concluir, la educación es mucho más que sumar y
escribir, implica nuestra vida social, la manera en la que pensamos y afecta a
nuestra salud entre otras cosas. Una cosa que podría ser perjudicial es que se
fuera deteriorando la igualdad de oportunidad (aunque hoy no existe) de los
distintos alumnos creando grupos sociales perjudicados, ya que en general la
educación en colegio concertados y privados, dónde la élite social lleva a sus
hijos y además hay criterios exigente de entrada tenderán a ser los más
premiados y aquellos colegios situados en peores barrios, o con más alumnos con
problemas tenderán a ser los más perjudicados, y esto es injusto y además económicamente
hablando, un desperdicio. Nuestra universidad y nuestro sistema de módulos deben
implicarse más en la realidad social y económica. Y por último señalar la
importancia de la educación en varios idiomas y desde edades muy tempranas (favoreciendo
el equilibrio familia-trabajo en las familias).
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